Calidad y prestigio son a menudo las primeras respuestas que nos entregan los estudiantes cuando les preguntamos por los atributos más importantes que debe tener una Universidad. En el artículo pasado hablé del prestigio y ahora toca turno a la calidad.
Pero antes de entrar a materia creo que sería útil dar un poco de contexto. Cuando hablamos de calidad educativa o calidad en la educación en realidad no hemos encontrado a la fecha un consenso en la definición en México y menos aún a nivel internacional
En todo caso, tenemos como referente a nivel internacional los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU a los que México está suscrito y que busca “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” y tenemos también la definición de calidad educativa que nos da UNICEF en el texto “Quality education for all from a girl´s point of view” , aquí se define la educación de calidad en 5 dimensiones clave:
- Lo que el o la estudiante trae, entendido como su lenguaje, cultura y experiencias.
- Ambiente, seguro y con perspectiva de género.
- Contenido, planes de estudio, materiales y dinámicas de aprendizaje
- Procesos, docentes, infraestructura y tecnología
- Resultados, lectura y escritura crítica, acceso a matemáticas, ciencia y tecnología pero sobre todo desarrollo, aprendizaje de por vida y una participación positiva en la sociedad.
Visto de forma esquemática la UNESCO nos presenta este cuadro que si bien está dirigido a la infancia bien puede en mi opinión extenderse a la educación superior.
En México PROGRAMA Sectorial de Educación 2020-2024 al respecto de la calidad nos dice los siguiente:
“Los seis Objetivos prioritarios expresan distintos aspectos de un propósito superior: garantizar el pleno ejercicio del derecho a la educación de todas y todos, lo cual implica brindar una educación de excelencia en todos los tipos, niveles y modalidades del SEN, apuntalada en cinco dimensiones esenciales de la calidad estrechamente relacionadas entre sí, que son: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia.”
Pasando ahora a el tema de la calidad en las universidades una pregunta sería ¿estas definiciones y objetivos están alineados con lo que los estudiantes en México demandan? Y de no ser así ¿Cuál es la diferencia? Y una más ¿qué tanto las universidades mexicanas se acercan a estas definiciones y demandas de calidad?
En cuanto a las primeras dos preguntas puedo decir que en nuestra experiencia como consultoría en el sector educativo los y las estudiantes y sus respectivas familias en efecto demandan todo esto sin embargo casi nadie las piensa como parte de la calidad educativa.
Cuando preguntamos directamente a los y las estudiantes qué entienden por calidad a menudo lo primero que nos mencionan es el plan de estudios, buenos maestros y contar con un Rvoe vigente. También nos hablan de los mismos factores que el concepto de prestigio tales como rankings, instalaciones, internacionalización o el costo. A la fecha debo decir que solo en pocas ocasiones nos han hablado de las acreditaciones tales como Fimpes como referente de calidad.
Ahora, visto desde el punto de vista de las universidades me parece que a menudo el problema está en tomar una definición de calidad demasiado estrecha. Para algunas pareciera que la calidad está asegurada con el solo de hecho de tener un Rvoe, para otras el énfasis está en las instalaciones, para otras en el perfil de los docentes, en otras las herramientas y plataformas tecnológicas y así.
De este modo cuando en una universidad existen problemas de discriminación, seguridad y acoso en el ambiente escolar, como ha expuesto ahora el movimiento #metoo México, o cuando a causa un sismo ha habido pérdidas humanas al colapsar las instalaciones del campus, o cuando el contenido de los planes de estudio está desactualizado y desvinculado del mercado laboral, o cuando no existen procesos que faciliten y potencien la experiencia del estudiante los resultados por consecuencia estarán lejos ya no solo de un aprovechamiento académico sino de la posibilidad de poder insertarse a la vida social de forma positiva.
Así la propuesta sería a los y las estudiantes considerar de forma integral sus opciones educativas y hacer llegar sus inquietudes a sus universidades, y a las universidades buscar los procesos y las metodologías para poder ampliar sus estrategias de calidad en vez de focalizarlas en pocos atributos ya que lo que en el corto plazo puede dar buenos resultados en el largo plazo y en un contexto internacional, puede ir contra de sus propias metas.
Si tienen interés en saber más de este tema pueden enviar un correo a dmrivera@disciene.com y si tienen observaciones o comentarios nos encantaría escucharlos.
Calidad y prestigio son a menudo las primeras respuestas que nos entregan los estudiantes cuando les preguntamos por los atributos más importantes que debe tener una Universidad. En el artículo pasado hablé del prestigio y ahora toca turno a la calidad.
Pero antes de entrar a materia creo que sería útil dar un poco de contexto. Cuando hablamos de calidad educativa o calidad en la educación en realidad no hemos encontrado a la fecha un consenso en la definición en México y menos aún a nivel internacional
En todo caso, tenemos como referente a nivel internacional los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU a los que México está suscrito y que busca “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” y tenemos también la definición de calidad educativa que nos da UNICEF en el texto “Quality education for all from a girl´s point of view” , aquí se define la educación de calidad en 5 dimensiones clave:
- Lo que el o la estudiante trae, entendido como su lenguaje, cultura y experiencias.
- Ambiente, seguro y con perspectiva de género.
- Contenido, planes de estudio, materiales y dinámicas de aprendizaje
- Procesos, docentes, infraestructura y tecnología
- Resultados, lectura y escritura crítica, acceso a matemáticas, ciencia y tecnología pero sobre todo desarrollo, aprendizaje de por vida y una participación positiva en la sociedad.
Visto de forma esquemática la UNESCO nos presenta este cuadro que si bien está dirigido a la infancia bien puede en mi opinión extenderse a la educación superior.
En México PROGRAMA Sectorial de Educación 2020-2024 al respecto de la calidad nos dice los siguiente:
“Los seis Objetivos prioritarios expresan distintos aspectos de un propósito superior: garantizar el pleno ejercicio del derecho a la educación de todas y todos, lo cual implica brindar una educación de excelencia en todos los tipos, niveles y modalidades del SEN, apuntalada en cinco dimensiones esenciales de la calidad estrechamente relacionadas entre sí, que son: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia.”
Pasando ahora a el tema de la calidad en las universidades una pregunta sería ¿estas definiciones y objetivos están alineados con lo que los estudiantes en México demandan? Y de no ser así ¿Cuál es la diferencia? Y una más ¿qué tanto las universidades mexicanas se acercan a estas definiciones y demandas de calidad?
En cuanto a las primeras dos preguntas puedo decir que en nuestra experiencia como consultoría en el sector educativo los y las estudiantes y sus respectivas familias en efecto demandan todo esto sin embargo casi nadie las piensa como parte de la calidad educativa.
Cuando preguntamos directamente a los y las estudiantes qué entienden por calidad a menudo lo primero que nos mencionan es el plan de estudios, buenos maestros y contar con un Rvoe vigente. También nos hablan de los mismos factores que el concepto de prestigio tales como rankings, instalaciones, internacionalización o el costo. A la fecha debo decir que solo en pocas ocasiones nos han hablado de las acreditaciones tales como Fimpes como referente de calidad.
Ahora, visto desde el punto de vista de las universidades me parece que a menudo el problema está en tomar una definición de calidad demasiado estrecha. Para algunas pareciera que la calidad está asegurada con el solo de hecho de tener un Rvoe, para otras el énfasis está en las instalaciones, para otras en el perfil de los docentes, en otras las herramientas y plataformas tecnológicas y así.
De este modo cuando en una universidad existen problemas de discriminación, seguridad y acoso en el ambiente escolar, como ha expuesto ahora el movimiento #metoo México, o cuando a causa un sismo ha habido pérdidas humanas al colapsar las instalaciones del campus, o cuando el contenido de los planes de estudio está desactualizado y desvinculado del mercado laboral, o cuando no existen procesos que faciliten y potencien la experiencia del estudiante los resultados por consecuencia estarán lejos ya no solo de un aprovechamiento académico sino de la posibilidad de poder insertarse a la vida social de forma positiva.
Así la propuesta sería a los y las estudiantes considerar de forma integral sus opciones educativas y hacer llegar sus inquietudes a sus universidades, y a las universidades buscar los procesos y las metodologías para poder ampliar sus estrategias de calidad en vez de focalizarlas en pocos atributos ya que lo que en el corto plazo puede dar buenos resultados en el largo plazo y en un contexto internacional, puede ir contra de sus propias metas.
Si tienen interés en saber más de este tema pueden enviar un correo a dmrivera@disciene.com y si tienen observaciones o comentarios nos encantaría escucharlos.