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Así se ve en cifras el impacto de la economía sobre las matrículas universitarias.

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“History doesn’t repeat itself but it often rhymes”

Recordando el 2009

Haciendo un poco de memoria, de acuerdo a datos del INEGI, para el año 2008 se registraba un crecimiento anual del PIB de escasos 1.4% mientras la situación económica a nivel internacional se agravaba cada vez más. Para el primer trimestre de 2009 en México se sintió la primera caída fuerte del año con -5.6%. En el segundo trimestre se registró la caída más fuerte del PIB en el año con -8.9%. Después de eso se dio una leve recuperación en los siguientes trimestres para cerrar el año con un histórico -5.29% de crecimiento negativo anual.

Sin embargo, para la educación superior la historia fue distinta. Para el año 2009 la matrícula total registró un crecimiento de 5.7% con respecto al año anterior. Aquí la Universidad Pública tuvo un crecimiento de 6.7% mientras que las Universidades privadas crecieron al 3.8%.

Esto ahora se dice fácil, pero en el momento la sorpresa y la incertidumbre obligó a las universidades, así como a la sociedad mexicana en su conjunto, a tomar decisiones importantes con información escasa y en un ambiente adverso.

Para 2009, Discierne comenzaba apenas a dar sus primeros pasos como consultoría en educación y recuerdo muy bien lo intenso y difícil que fue para nuestros clientes hacer los ajustes necesarios. Como consultores, fue sin duda también un año desafiante, muchos fueron los retos y muchas las pérdidas pero también muchas las enseñanzas de ese periodo y las lecciones aprendidas nos han sido de invaluable utilidad hasta la fecha.


2020 recuento de daños

En cuanto al año pasado, cifras preliminares nos hablan de una caída del PIB anual del -8.5% es decir más de 3 puntos porcentuales que en 2009.

En cuanto a la educación superior visto desde el crecimiento en su matrícula total con respecto al año anterior vemos que esta se sitúa apenas en la zona positiva con un crecimiento de 0.2% de acuerdo a cifras preliminares de la SEP.

Para efectos de este análisis hemos tomado solamente los planteles que ya han reportado a la SEP y que equivalen aproximadamente del 80% del total de las instituciones a nivel nacional. Y aun cuando faltan por declarar todavía el Estado de Nuevo León y algunas de las universidades más grandes en el país la tendencia apunta a que la matrícula de las universidades de control privado a nivel nacional tendrán una caída con respecto al año anterior, mientras que las públicas tendrán un crecimiento cercano al 2.5%.

Comparativo y primeros puntos de análisis

A reserva de poder profundizar en el futuro me parece que existen tres puntos que vale la pena destacar aun en este momento.

Caída del poder adquisitivo. Es sabido que los mexicanos tenemos una alta valoración por la educación y estamos dispuestos a tomar riesgos y hacer sacrificios para no tener que interrumpir o abandonar los estudios. En 2009 y 2010 las instituciones públicas recibieron más alumnos que en otros años mientras que las universidades privadas se abrieron no solo a bajar sus colegiaturas sino también a otras opciones como el crédito educativo o la reducción de la carga académica.

Otro efecto interesante fue el llamado “efecto cascada” dónde estudiantes cambiaron de universidad para buscar colegiaturas más accesibles. Así, las universidades de colegiaturas medias fueron las más afectadas mientras que las universidades de mayor costo (con una elasticidad menor) tuvieron un ligero crecimiento. Sin embargo, fue el sector de las universidades de bajo costo el que crecieró más en este periodo.

Este reacomodo del sector permitió que el sistema educativo de nivel superior creciera en su conjunto, sin embargo esta estrategia no dio el mismo resultado en 2020

Modelos educativos. Mucho ha crecido la modalidad no escolarizada desde 2009 sin embargo para inicios del año 2020 más del 90% de los estudiantes estaba matriculado en un programa escolarizado y cerca del 3% en un programa mixto.

Así, una caída en el poder adquisitivo de la población aunada a un sistema educativo anclado en lo presencial fue el caldo de cultivo en el que la pandemia incapacitó el grueso del sistema educativo.

Muchos han sido las carencias que la pandemia dejó al descubierto. Falta de capacidad técnica y operativa de las instituciones, falta de competencias digitales en docentes, personal administrativo y alumnos, logística y modelos pedagógicos, por decir solo algunos, son a la fecha problemáticas a las que se enfrentas el sistema educativo.

Secuelas. Los saldos negativos comenzando por las pérdidas humanas, la caída en la actividad económica y centenas de universidades liquidadas que han cerrado sus puertas de forma definitiva.

Pero toda crisis carga consigo la oportunidad del cambio y la creación. En el sistema educativo esto se ha visto en que a pesar de todo esto al menos 1,114 universidades crecieron con respecto al año anterior. Además, en unos meses se ha avanzado en el terreno de la transformación digital lo que de otro modo habría llevado años.

Nuevos modelos educativos han florecido y otros más, como es el caso de IPN han madurado y han salido fortalecidos.

Al día de hoy, aunque comienzan a distinguirse señales positivas en el horizonte sabemos que los próximos meses serán difíciles. Espero que lo más duro de esta fase se haya quedado en el pasado y mi deseo es que podamos aprender de esto para construir a partir de aquí una educación más fuerte y más incluyente de lo que nunca se ha tenido.


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