Oferta educativa
De acuerdo con los resultados del último censo poblacional de INEGI, en la Ciudad de México se contaron 9,209,944 habitantes de los que el 34.6%, mayores de 15 años, cuenta con instrucción superior, esto contrasta fuertemente con el 21.6% del promedio nacional.
Esto se explica en parte por la concentración de los recursos federales destinados a la educación en la Cdmx al ser esta la capital de la República. Algunas de las instituciones públicas con más matrícula como la UNAM, el IPN, la UAM, la UnADM y privadas como Unitec, UVM o Utel tienen sus sedes en la CDMX.
En 2020 se acentuó la concentración
Si bien es cierto que el sistema educativo superior en México se vio fuertemente afectado a raíz de la pandemia, también es cierto que de acuerdo con cifras preliminares de la SEP y a datos publicados por la UNAM la matrícula en la Cdmx crecerá en comparación con 2019. Las universidades publicas en la Cdmx han reportado en 2020 un incremento superior a los 30 mil alumnos encabezadas por la UnADM y el IPN con un aumeneto de 12 mil y 18 añumnos respectivamente.
Pero no solo las universidades públicas crecieron en la CDMX, las universidades privadas en su conjunto crecieron tambien encabezadas por Utel, UVM y La Salle. Asi que, si bien es cierto que el 2020 significó una caída considerable a buena parte de las instituciones privadas, como el Itam, Justo Sierra o CNCI, el saldo final en la Cdmx parece también separarse del promedio nacional en términos de crecimiento de la matrícula.
Intento de cambio y política pública
Como sabemos la reforma al 3ero constitucional publicada el 15 de mayo del 2019 estipula un carácter de obligatoriedad al Estado en materia de educación superior:
«La obligatoriedad de la educación superior corresponde al Estado. Las autoridades federal y locales establecerán políticas para fomentar la inclusión, permanencia y continuidad, en términos que la ley señale. Asimismo, proporcionarán medios de acceso a este tipo educativo para las personas que cumplan con los requisitos dispuestos por las instituciones públicas.»
Diario Oficial de la Federación https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5560457&fecha=15/05/2019
En este sentido, el gobierno federal ha llevado a cabo acciones y programas dirigidos a asegurar el derecho a la educación a lo largo del territorio Nacional. Dentro de estas iniciativas destacan las Universidades para el Bienestar Benito Juárez con más de 100 planteles a nivel nacional y una matrícula estimada entre 16 mil y 30 mil estudiantes y la UnADM con 96 mil sin embargo, hasta el momento esto no ha sido suficiente para cambiar la tendencia de la concentración ya que Universidades públicas fuera de la CDMX decrecieron en 2020, tal es el caso de la Universidad Autónoma de Tabasco, el Instituto de Educación Digital del Estado de Puebla, la Universidad Autónoma de Sinaloa o la Universidad Autónoma «Benito Juárez» de Oaxaca.
El problema de la concentración
Concentrar la educación superior en algunas ciudades grandes dificulta su acceso ya que implica un costo de traslado para los estudiantes, además de que la falta de universidades en comunidades pequeñas no permite la difusión del saber de la universidad en beneficio de las comunidades ni permite el camino inverso en donde las universidades se nutren del conocimiento de las comunidades dando lugar a aquello que el Dr. en Sociología del derecho Boaventura de Sousa llama un «Epistemicidio».
Camino por delante
Además de la Cdmx algunos otros Estados crecieron en términos de matrícula, tal es el caso de Coahuila, Sonora, Campeche, Guanajuato, Durango, Sinaloa, Chihuahua, Aguascalientes, Yucatán, Zacatecas y Tamaulipas sin embargo es al momento la Cdmx la que reporta un crecimiento mayor. Esto es en parte una buena noticia ya que sabemos ahora que a pesar de lo dura que fue la pandemia el sistema educativo en su conjunto resistió el embate sin embargo, preocupa que la educación pública no está siendo aún distribuida de forma equitativa en el territorio mexicano. Además, hay que tomar en cuenta problemas de endeudamiento y financieros que muchas universidades estatales enfrentan hoy en día.
En cuanto a las Universidades privadas esta crisis puede servir al menos para hacer un alto y replantar sus modelos de crecimiento ya que si bien es cierto que en términos de inversión las ciudades grandes son más rentables en el corto plazo, también es cierto que existe una demanda educativa enorme y creciente fuera de las grandes ciudades esperando ideas innovadoras que detonen no sólo el crecimiento de la matrícula sino también beneficios económicos y sociales para estas comunidades.